El romanticismo en Europa y Estados Unidos
El
romanticismo fue un movimiento intelectual y literario que luchó por apartarse
del razonamiento y la ciencia que ya les empezaba a fatigar a los literatos de
la época, por tal razón decidieron contraponer un fuerte espiritualismo, un
marcado subjetivismo y la exaltación del yo. Aparece allí, también, el héroe
que se opone a la sociedad que lo oprime, que no le da libertad de vivir ni
pensar como quiere.
Generalmente
cuando se habla de romanticismo, muchos lo califican de sentimental,
melancólico, depresivo, infeliz donde lo misteriosos, fantasmagórico y
sobrenatural sobrepasa la psiquis del ser humano, esto se puede apreciar en
autores como Edgar Allan Poe y Goethe con temáticas del suicidio, asesinatos,
mentes enfrmas, amores imposibles, pero sin olvida que este movimiento
cultural abarcó todos los campos del saber y de las actividades humanas.
El
romanticismo es un movimiento intelectual que a finales del siglo XVIII
prevaleció en Alemania e Inglaterra primero, y luego en Francia, España y,
finalmente, en América. La fuente de su inspiración fue el arte gótico de la
Edad Media o arte románico.
Desde el punto de vista
ideológico, las principales características del romanticismo son:
- La exaltación del yo.
- La admiración por la naturaleza.
- La ansiedad de libertad.
- La atracción por las costumbres
exóticas.
- La fascinación por el Medioevo.
- El rechazo a las normas y
reglas tradicionales.
- La exaltación por los
monumentos patrios.
- La exaltación de la fantasía y
la ironía
Los autores de este período
histórico son fieles representantes del arte que va más allá de lo religioso,
moral, sentimental y romántico, ellos se preocupan por la parte integral del
ser humano, es decir, el conocimiento y el saber al que se podría conducir un
individuo por medio de la libertad de expresión, para mostrar las cosas bellas
del mundo, evitando tener contacto con la realidad.
Temas:
La fuga: obedece
al sentimiento de soledad del escritor o artista y puede verse en diferentes
sentidos: fuga hacia la añoranza o el pasado, el futuro, el inconsciente, lo
secreto, la locura, el infinito y también hacia la oscuridad.
Lo natural: todas
las partes que conforman la naturaleza como fenómenos especiales (luces
nocturnas, arreboles, tempestades, crepúsculos, amaneceres) de montañas,
cavernas, bosques, etc., sirvieron como instrumento a los escritores románticos
de la época, pues los tomaban para simbolizar sus estados de ánimo.
La fantasía: la
toman como búsqueda de un reino superior, capaz de sustituir el presente.
El nostálgico pasado: toman el
pasado como una sustitución sentimental, ya que éste no tiene significación
histórica.
La patria: debido a los diferentes cambios sufridos en
las repúblicas y a la creación de los estados nacionales, el sentimiento de
desarraigo fue creciendo. Pues ya la patria que tanto amaban era cada vez más
lejana. La que vivían no lo era.
Entre los principales
representantes del romanticismo europeo y estadounidense tenemos:
-
Lord Byron
-
Johann Wolfgang von Goethe
- Víctor Hugo
- Walt Whitman
- Edgar Allan Poe, entre otros.
“Cuando las pasiones rompen límites”
-Ensayo-
“El hombre no deja de ser hombre, y la pizca de entendimiento que
pudo caberle en suerte queda inhábil cuando la pasión se dispersa y los lindes
de la Humanidad lo atajan”.1Werther
La obra
de Goethe denominada Las penas del joven Werther irrumpe
en una Europa cartesiana en donde imperaba el mundo de la razón; en pleno auge
del conocimiento científico, a finales del siglo XVIII, surge un joven escritor
con formación en leyes y espíritu renacentista, que apuesta por el mundo de los
sentimientos como el único vehículo válido para conquistar al mundo: “ahí
está la novedad del movimiento Sturm und Drag, creado por Goethe y su amigo
Herder; movimiento será luego el germen del romanticismo alemán que tendrá a
Novalis como su mayor poeta, y a Schiller como su dramaturgo abanderado”2.
Los
Sufrimientos del Joven Werther es referirse, ante todo, a un libro de
carácter autobiográfico, un retrato de esos años de juventud en los que
Goethe vivió en carne propia el contraste entre las pasiones y las reglas
sociales, tensión especialmente compleja durante su época, y que convierte a
Werther en el alter ego de su creador, no sólo por las referencias
explícitas que puedan existir como: el cumpleaños de ambos el 28 de agosto, ó
el rechazo de sus pretensiones amorosas, sino, además y, principalmente, por el
profundo revuelo emocional que para ambos representa la experiencia del amor.
(1)JOHANN WOLFGANG GOETHE. Los
sufrimientos del joven Werther. Ediciones Esquilo. Pág. 49
(2) www.google.com
Vuelvo a hacer un paréntesis para
situarnos en la época porque creo que es importante la perspectiva: en aquellos
tiempos los matrimonios los planeaban los padres en función de sus intereses,
no se elegía libremente a la pareja, circunstancia que hoy es impensable. Por
ello, y dado que el mundo se organizaba de otra manera y la felicidad del amor
era escurridiza, la problemática planteada en esta obra caló hondo y
remeció a una sociedad que se identificó con el sufrimiento del joven enamorado
que se niega a vivir sin la mujer a quien ama.”Para mí ella es un sagrado.
Todos mis ímpetus se postran a su presencia. A su lado no acierto a saber lo
que me pasa, y es como si el alma se me fuese explayando por todos mis
nervios” (1), ni el temor de Dios, en un mundo
cristiano y rígido del siglo XVIII, ni el temor a la sociedad que exige el
cumplimiento de sus reglas, pudo frenar su impulso: Werther se convierte en un
héroe universal porque se rebela, en un acto libre y voluntario, contra el
mundo que le había tocado vivir.
“¡Cuán
positivo es que nuestro corazón es el artífice de la propia felicidad!” (2), en cada
carta, el joven Werther va narrando lo que hace y sus estados de ánimo,
en una especie de diálogo que en realidad es un monólogo con su amigo
Guillermo, y de esa manera se evidencia el transcurrir del tiempo y la
evolución del protagonista. Además nos ofrece descripciones de la época cuando
Werther se refiere a su entorno, ya sea el campo ó la ciudad y con gran
sabiduría, Goethe redondea la historia al ponernos al día de lo que realmente
sucedió (el muerto no podía contarnos en sus cartas cómo se estaba matando ni
lo que pasó después de su muerte) y al mismo tiempo nos informa cómo vivieron
el drama los otros actores: Carlota y su marido. La vuelta de tuerca es
definitiva para cerrar, le da densidad a la historia, la enriquece, y le otorga
verosimilitud.
(1)JOHANN WOLFGANG GOETHE. Los
sufrimientos del joven Werther. Ediciones Esquilo. Pág. 37
(2)JOHANN WOLFGANG GOETHE. Los
sufrimientos del joven Werther. Ediciones Esquilo. Pág. 43
Dentro de
los temas que se plantean en el libro, encontramos la conexión con la
naturaleza, que será el gran tema romántico. La naturaleza es un espejo de
Dios, su obra más sublime, y por eso precisamente se le valora, en oposición a
la civilización que es obra del hombre, un ser imperfecto. La naturaleza que lo
cobija, aquello que fue a buscar Werther dejando la ciudad, será la guía de
nuestro héroe, lo intocado, lo salvaje, lo perfecto: “Me ratifico en mi propósito de
atenerme en lo a la Naturaleza pura. Infinita en su riqueza y ella sola es
quien hace grande al artista” (1). Y al mismo tiempo, la naturaleza se
convierte en su propio reflejo: en la primera parte, el enamorado ve todo
maravilloso: sol, flores, luz, en la segunda, cuando el sufrimiento lo invade,
el mundo exterior se transforma en un escenario agresivo y desolador: los
bosques oscuros, las montañas elevadas, la noche, etc…”Por donde quiera que
voy me asalta una aprensión que me trastorna y desencaja. ¡Hoy! ¡Oh suerte! ¡Oh
humanidad! Salí al río hacia el mediodía, porque estoy desganado. Todo está
desierto; una ventisca heladora soplaba de la montaña, y un nublado
pardusco iba encapotando el valle todo” (2).
Tal cual lo presenta Werther, la naturaleza resulta culpable de la
desesperación que lo embarga, o por lo menos la causa del trastorno que lo
lleva a tomar la decisión de morir. En realidad, lo que él hace es expresarse
de manera simbiótica con la naturaleza: la fuerza del río sin cauce es un eco
de su propio desborde. Ambos se mueven al mismo ritmo, como fue al principio,
en un escenario distinto: luminoso y excitante. La pasión impregna el texto de
colorido y movimiento; con la descripción del desastre natural, el protagonista
vislumbra su fin y se identifica, marcando de cierta forma cada uno de los
momentos sublimes de esta historia, porque Werther descubre su corazón y se
entrega.
(1)JOHANN WOLFGANG GOETHE. Los
sufrimientos del joven Werther. Ediciones Esquilo. Pág. 11
(2)JOHANN WOLFGANG GOETHE. Los
sufrimientos del joven Werther. Ediciones Esquilo. Pág. 91
En el
trance continuo de sus sentimientos Werther, se aparta de las razones, de los
intentos de explicación de lo que vive, ya que en el fondo sabe que lo
emocional es una contraparte de lo razonable. Sin embargo, no es una cuestión
de decidir ser un ser sentimental, es simplemente el resultado de la propia
situación del apasionamiento que nos puede causar una persona, un
fenómeno, una actividad ó un arte. Cuando Werther ve por primera
vez a Carlota partiendo el pan para sus hermanos, no tiene en mente una
explicación para lo que le sucede, es decir, lo que experimenta, es una
impresión divina, total, sublime: ”!Un
ángel!… ¡Ay! Cada cual apellida así a su dueño del alma. ¿No es lo que sucede?
No Alcanzo, sin embargo, a descifrar cuan cabal es, y en qué y cómo; ello es
que embargó todas mis potencias. Tan sumamente sencilla y despejada, tan
cariñosa y tan formal, tan sosegada de temple, siendo la misma travesura y la
propia actividad…”1.
No hay
nadie más apasionado, obstinado y loco que un niño, en su manera de interpretar
al mundo, no mide las consecuencias de sus actos, se enfrenta a penas excusado
por su inquietud a la naturaleza y la mayoría de las veces resulta curiosamente
victorioso. Pero, luego, cuando se descubre que un hombre sigue actuando con la
misma prisa y pasión de un niño, se considera que algo no está bien y que
es necesario tomar algún correctivo para evitar situaciones complicadas: ”¡Cómo me persigue su estampa!
Despierto o soñando me tiene embargada toda el alma. Aquí cuando cierro
los ojos, aquí en el entrecejo, donde se encuentra mi íntima potestad
visual, están clavados sus azabachados ojos. Aquí… no acierto a expresarlo”2.
(1)JOHANN WOLFGANG GOETHE. Los
sufrimientos del joven Werther. Ediciones Esquilo. Pág. 16
(2)JOHANN WOLFGANG GOETHE. Los
sufrimientos del joven Werther. Ediciones Esquilo. Pág. 95
Históricamente, la locura
ha sido y será siempre castigada y su impulso se contiene con todos los
órdenes de lo que existe
en: el arte, el pensamiento, la educación y en cada lugar donde pueda desestabilizar el
funcionamiento de las cosas. Por esto, es que este personaje se convierte de
cierta forma en una especie
de héroe para todos aquellos que no han temido enfrentar el mundo
desaforadamente, es decir, traspasando los límites que la sociedad, la moral,
la cultura nos ha impuesto. Werther
vive la naturaleza y lo hace con locura, quiere contemplarla toda y lo hace sin
recelo; este personaje ama y es feliz sin pensar en otra cosa que no sea el
valor de esa emoción, ama dejando en ello su vida, su fuerza, entregándolo todo
sin detenerse a pensar en lo bueno o malo que esto puede resultar; escapando
del egoísmo de quien lo hace mientras confunde el amor con comodidad y
finalmente, sufre, trágica,
desesperada y fatalmente la pena de la fuerza de su sentimiento hasta lo más
profundo muriéndose en su propio soledad llena de recuerdos: “ A la verdad, amigo del alma, que
por cada día echamos de ver el desvarío de ajustar los demás a su propia
medida, y como tengo tanto que hacer conmigo mismo y es tan alborotado este
pecho, dejo a los demás que sigan su camino, con tal que me dejen andar por el
mío”1.
Los
llamados de Guillermo, incluso los de su propia madre de poco sirvieron,
Werther no escuchaba razones, es decir, estaba por encima de cualquier palabra,
había alcanzado la plena experiencia de las cosas, por este motivo se
cuestionaba en sus desesperadas cartas: “¿Será
cierto que el manantial de nuestra dicha haya de parar en ser el de nuestra
desventura? Este afán ardentísimo y entrañable tras la naturaleza viviente, que
era para mí la gloria de las glorias alfombrado ante mis plantas el mundo con
las galas de un paraíso, es ya un sayón fiero, un duende implacable que me está
martirizando a todo trance”2.
(1)JOHANN WOLFGANG GOETHE. Los
sufrimientos del joven Werther. Ediciones Esquilo. Pág. 63
(2)JOHANN WOLFGANG GOETHE. Los
sufrimientos del joven Werther. Ediciones Esquilo. Pág. 51
Exigiendo que se le
reconozca en el único ámbito en donde puede verse a cabalidad: en su sentimiento ya que
si se analiza cuidadosamente sus sufrimientos aunque profundos y fatales, no
son examinados nunca por el mismo
con arrepentimiento, es decir, no hay una página de la obra en donde Werther
plantee la posibilidad de no haber sido o de no haberse enamorado; por el
contrario, siempre ese destino, esa suerte se convierte en el material de su
arraigo emocional: “Debo lastimarme, por cuanto he perdido el único regalo de
mi vida, aquella sobrehumana
y animadora pujanza, que me creo un mundo para mi, voló ya…”1.
Desde que
conoció a Carlota, Werther sabía que estaba prometida a otro hombre, pero se
autoengaño y no perdió las esperanzas de conquistarla; hoy, esto es común , por
decirlo de alguna manera, sucede todos los días, pero en el siglo XVIII se
respetaban las promesas de matrimonio concertadas como si fueran leyes
escritas, y Carlota había prometido casarse con Alberto. El hecho era
irremediable y las posibilidades de una relación entre ellos eran mínimas.
Werther lo sabía y ella además se lo confirmo: “¿Llamaremos a esto demencia o
ceguedad? El caso está hablando por sí. Sabía cuanto sé ahora; antes de la
venida de Alberto sabía que no había lugar a pretensiones, y
ninguna hice, que, en suma, es no aspirar a la menor parte de tan
exquisita preciosidad, y sin embargo, estoy hecho un mirón estafermo, porque el
otro llegó, en efecto, y cargó con la dama”2; se consuela con su
presencia, alterna con ella y Alberto en una suerte de trío idealizado en donde
uno tiene un rol a jugar.
(1)JOHANN WOLFGANG GOETHE. Los
sufrimientos del joven Werther. Ediciones Esquilo. Pág. 87
(2)JOHANN WOLFGANG GOETHE. Los
sufrimientos del joven Werther. Ediciones Esquilo. Pág. 41
Pero el
tiempo avanza y el enamorado vive exaltado y obsesionado con su dama, los
límites establecidos se tambalean y él reclama más atención, al punto que
cuando ella le pide que no vuelva, él no es capaz de obedecer. Conscientes de
la imposibilidad de ser pareja, el joven se aproxima a ella físicamente y en un
momento de debilidad, se besan, hecho que marcó a Werther como el fuego, porque
el placer y el éxtasis fueron tan grandes que a partir de ese momento decide,
de manera irrevocable seguir viviendo entregado a su pasión por ella. Pasión
y/o locura que lo hasta último momento: “Aquí
estoy, Carlota; no me estremezco al empuñar el yerto y pavoroso cáliz, en el
cual voy a beber el sueño de la muerte. Tú me lo brindas y yo no me emperezo.
Aquí cifro todo, y así se cumplen todos los anhelos y esperanzas de mi vida.
Tan sereno y tan erguido descargó el balazo sobre la puerta herrada d la
muerte”1, este es el momento cumbre de la historia, el
desenlace romántico por excelencia: la ofrenda en nombre del amor, que llevo al
protagonista a su trágico desenlace, un final inevitable para un espíritu
atormentado. La violencia de la pasión es la esencia del héroe romántico y la
lleva hasta sus últimas consecuencias. El protagonista, que se había definido
como hombre religioso -no sólo por su visión cósmica que lo lleva a contemplar
a la naturaleza como la obra de Dios, sino también por su deseo de huir del
pecado y mantener la relación contemplativa con Carlota para no ofender al
matrimonio- termina revelándose contra Dios porque el suicida cometía una
falta tan grave que no tenía derecho a ser enterrado en el cementerio de los
creyentes. Esta es la otra faceta de la pasión y quizá la más radical de todas.
(1)JOHANN WOLFGANG GOETHE. Los
sufrimientos del joven Werther. Ediciones Esquilo. Pág. 132
(2)JOHANN WOLFGANG GOETHE. Los
sufrimientos del joven Werther. Ediciones Esquilo. Pág. 41
Hoy por hoy, Werther puede
resultar para muchos una forma de exotismo: su lenguaje, rebosante de lirismo;
el papel preponderante que le otorga a la naturaleza; su grito de guerra contra
la racionalidad del arte y; por supuesto, el carácter trágico de su amor; son
elementos que lo hacen ver, un poco lejos de nuestras proporciones. Pero lo
cierto es que a más de dos siglos de distancia, esta obra continúa
enfrentándonos a problemas que no han perdido vigencia como la locura, la
madurez emocional, o la muerte y, aún más, por su misma distancia histórica,
nos permite ampliar la perspectiva de lo humano hasta todas esas potencias y
virtualidades que esta misma explora. La
primera parte está contenida en las cartas de Werther, por lo tanto, hasta ese
momento, ignoramos el punto de vista de Carlota. Cuando aparece el editor, se
muestra una Carlota atormentada por la situación, conmovida por el joven
enamorado quien causa una gran impresión en ella, pero aun así, se mantiene
fiel a su marido y a su papel de esposa intachable. Werther quien no se
contiene ni guarda silencio, pues después del beso cambia su actitud y se
desborda, su pasión lo devora todo, le deja una carta, y de esa manera la
implica y la señala. Los motivos
están bien para quienes creen en ellos, así como las normas ya sean
morales o sociales tienen esa cualidad únicamente para el que las acepta;
Werther se enamoro de Carlota sin importar que estuviera comprometida;
permanece junto a ella, sabiendo que su cercanía le hace daño; y toma esa
decisión del final, desconociendo toda conducta razonable. Lo hace así, simple
y llanamente, porque no conoce otra forma de enfrentarlo, porque en él cobra
mayor fuerza el deseo, las emociones y el amor, que cualquier tabla de normas y
llamados a la cordura. En la actualidad el amor
está presente en todas las facetas de la vida; posiblemente haya perdido fuerza
o intensidad. Así podemos hablar del amor efímero, sosegado, pasional,
posesivo, atormentado, melancólico…El ritmo acelerado de las sociedades
occidentales, los avances tecnológicos, los cambios sociales…Todo influye en
nuestras relaciones personales. Éstas han variado sustancialmente, así, cada
día es más frecuente conocer a distintas personas por Internet. Las redes
sociales permiten que conecten entre sí personas de diferentes puntos del
Planeta. De este modo han surgido numerosas relaciones amorosas. Sin embargo,
cabe preguntarse si el amor frustrado nos llevaría al suicidio como hizo el
desdichado Werther. Probablemente, no; porque puede entenderse como una
exageración, y por tanto pueden buscarse otras alternativas: la
marcha a otro lugar, el inicio de una nueva relación… Sea como fuere, el modo
de vida y la visión del amor del siglo XXI difieren mucho de los de
antaño, lo que no es utópico pensar es
que dentro de cada uno de nosotros habita una especie de Werther lleno de
pasiones, que no necesariamente se desbordan por un amor sino por cualquier
otra causa que cautive nuestra alma sin embargo, muchos preferimos vivir dentro
de los límites de las mismas y no correr el riesgo de encontrarnos quizá con la
muerte por darles rienda suelta.
Cuento El cuervo – EDGAR ALLAN
POE-
Tema principal: la
devoción del personaje hacia su esposa muerta.
Resumen
Un hombre que acababa de perder a
una mujer llamada Leonora y un cuervo, que toca la puerta de su cuarto mientras
que el señor se repite “Es un visitante tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más."
Entonces de tanto escuchar aquel
ruido fue decidido a abrir la puerta, cuando abrió la puerta no encontró nada
solo oscuridad así que decidió quedarse un rato, permaneció temeroso y dudando,
soñando sueños que ningún mortal jama se a atrevido a soñar.
Y en el silencio de aquella
quietud escuchaba el murmullo de un hombre diciendo: “¿Leonora?”, Y el eco le
devolvió el murmullo: “¡Leonora!”
Después volvió a su cuarto y
escucho de nuevo tocar con mayor fuerza y el pensó que era el viento y nada
mas, de un golpe abrió la puerta, y entro un cuervo. El hombre le pregunto su
nombre y el cuervo le contesto: “nunca mas”, el hombre pensó que “nunca mas”
,era todo lo que sabe decir que lo aprendió de su amo.
Es hombre le pidió al cuervo que
se marchara pero el cuervo no le hizo caso y aun aquel cuervo esta posado en un
pálido busto de palas, y sus ojos tienen la apariencia de los de un demonio que
está soñando.
Personajes 1:
Narrador – hombre atormentado
El cuervo
Personajes 2:
Leonora
Aspectos:
ü Social
Exaltación del individualismo
Expresión de los
sentimientos
ü Psicológico:
Soledad, muerte, tristeza,
imaginación
ü Ideológico:
Reacción contra el racionalismo
ü Cronológico:
Medianoche
ü Histórico:
Finales siglo XVIII
Subjetivo:
Sueños, recuerdos de Leonora
ü Ambiental:
Noche lúgubre, la tiniebla, el
viento, la tempestad
ü Gramatical:
Pasado
ü Espacio:
Habitación del hombre atormentado
ü Acción:
“Abro la puerta de par en par”
“Empuje la persona”
ü Narración:
Lineal