Géneros
literarios del Realismo
El costumbrismo da origen a una especie de realismo que
nos presenta al mundo tal y como lo perciben nuestros sentidos, persigue la
imitación y la copia directa.
Desde este punto de vista el realismo no supe nada nuevo
porque se centra en la realidad objetiva en Latinoamérica se deriva en varios
movimientos como:
La novela de la Revolución Mexicana
La novela de la tierra, la de la selva
La indigenista
Las cuales tenían las siguientes características:
Marcada tendencia hacia la objetividad.
Preferencia por temas socio económicos.
Preferencia por la psicología en los personajes.
Estilo literario sobrio.
Propósito pedagógico.
Tendencia al género narrativo.
Precisión y exactitud en las descripciones.
La Revolución Mexicana
Una de las principales revoluciones del siglo pasado y es
la síntesis porque todas las clases sociales, instituciones civiles, militares
y religiosas se transformaron en 30 años – 1919-1940-
Una obra que reúne todas las características e ideales de
esta revolución es Los de Abajo, escrita por el médico Mariano Azuela, basada
en su experiencia de revolucionario, se puede clasificar como una novela
fatalista. Es la historia de un campesino a quien la violencia de los
terratenientes militares lo llevan a unirse a una rebelión contra las tropas
feudales.
La literatura de este periodo es de aproximadamente 300
novelas que se convirtieron como puno de partida de la transformación de la
narrativa hispanoamericana del siglo XX, con su fondo histórico, costumbrismo y
compromiso.
Novela telúrica o de la tierra
Abarca la novela regionalista, la novela de la selva, el
apogeo de este tipo de literatura significa el triunfo del positivismo en el
arte. El positivismo había insistido en interpretar la historia de los pueblos
según 3 factores: la raza, el ambiente y el momento histórico.
La narración telúrica pone énfasis en el descubrimiento
del ambiente natural y geográfico impregnado de misterio y novedad, lo
realmente maravilloso predomina en este tipo de literatura.
La novela telúrica busca lo típicamente Latinoamericano,
la selva inescrutable, la pampa infinita y el llano destructor.
Cierta huida de la civilización representada por las
ciudades, hace el redescubrimiento de la tierra como lugar idealizado, la
narrativa de la tierra es una literatura de símbolos grandiosos.
Juan
Rulfo (1918 - 1986)
Fue un
novelista y cuentista nacido en Méjico, más específicamente en Acapulco. Esta
localidad sirvió de escenario para la guerra cristera, que se prolongó entre
los años 1926 y 1929, hecho que posteriormente influiría tanto en su vida como
en su obra.
En
1924, a la edad de 6 años entró en la Escuela primaria, siendo este el mismo
año en el que viera morir a su padre. Posteriormente, en 1930, fallece su
madre, razón por la cual queda bajo la custodia de su abuela.
En 1934
se traslada a la Capital y posteriormente, en 1938 comienza a escribir “Los
hijos del desaliento”, mientras colabora en la revista “América”. En 1942,
publicó dos cuentos en la revista “Pan”, que a la postre formarían parte de “El
llano en llamas” (1953).
Comenzó
a trabajar en dos capítulos de “Pedro Páramo” (1955), que fueron publicados en
revistas de literatura, y posteriormente en lo que sería la obra completa, que
de manera casi inmediata fue traducida a varios idiomas.
Así
como Rulfo se destacó por sus cuentos y novelas, también incursionó en guiones
de cine, entre sus creaciones se encuentran obras como ”El despojo”, “El gallo
de oro” y “La fórmula secreta”. Cabe mencionar que junto a estas obras se
realizó una versión cinematográfica de “Pedro Páramo”, en el año 1967.
A lo
largo de su vida el escritor se caracterizó por ser un gran viajero, razón que
junto a su eminencia lo llevaron a participar en numerosos encuentros
internacionales de literatura. En 1970 recibió el Premio Nacional de Literatura
en Méjico y en 1983 el Premio Príncipe de Asturias en España. Murió en 1986 en
la ciudad de Méjico.
Juan
Rulfo y su corriente literaria
Juan
Rulfo perteneció a la denominada corriente de 1942. Que agrupa a los autores
nacidos entre 1905 y 1919. Esta generación se caracteriza por sus escritos de
corte superrealista y por sus pensamientos neorrealistas.
El
movimiento superrealista tiene su origen en la valoración del mundo
subconsciente. Y se busca dar una versión literaria sin limitación alguna
racional o preceptiva. Este anhelo de libertad aparece ya en los Románticos,
pero los Superrealistas lo llevan a la exageración.
Su obra
Pedro Paramo Pedro Páramo” es la culminación del trabajo recopilador que su
autor, Juan Rulfo, llevó a cabo con las notas, apuntes y bocetos que había ido
escribiendo a lo largo de los años (es importante recordar que del libro se
publican primero algunos capítulos antes de la publicación total). El resultado
es una obra de gran perfección técnica, que contó con varias versiones y
títulos anteriores hasta llegar a la definitiva. Gracias a esta evolución, la
novela goza de la peculiaridad y originalidad de unos personajes vigorosos, un
ambiente fascinante (no por nada se dice que Cómala pareciera vivir), hondas
sugerencias y complejas significaciones, que entre todas le han proporcionado
el honor de ser ya un clásico de la novela hispanoamericana.
En la
obra aparecen mencionadas problemáticas que han sido tiranas del pueblo
americano a lo largo de su historia. Por ejemplo la sensación de ser un juguete
del poder, por causa de la corrupción o la vida hostil que se lleva en un
ambiente de opresión donde los más humildes no tienen expectativas.
La
muerte por si sola es un tema que cobra mucha importancia cuando la vida es tan
pesarosa que no tiene valor, la muerte se concibe como una liberación, al igual
que le ocurre a Susana San Juan, quien quiere “descansar” por fin. Por el
contrario, la muerte en el personaje de Pedro Páramo es algo traumático: Su
vida queda marcada por la muerte de su abuelo y su padre, por la asunción de
responsabilidades que las muertes de ambos conllevan.
Además
de todos las significaciones e interpretaciones ya mencionadas, en esta obra
aparecen aspectos universales que reflejan cuestiones en el alma de todos los
seres humanos: poder, injusticia, soledad, muerte, éxodo hacia la tierra
prometida, etc.
Resumen
Juan Preciado vio morir a su madre Dolores en un
hospital. Cuando ya estaba a punto de fallecer, le dijo que su último deseo era
que fuera al pueblo de Cómala para que conociera a su padre: Pedro Páramo. Juan
Preciado, por serle leal a su madre difunta, se dirigió a Cómala para conocer a
su papá, que nunca había visto. Todo lo que sabía de él es que habitaba en
Cómala y que se llamaba Pedro Páramo.
Cuando iba por un camino, de tierra, Juan Preciado se
topó con un señor que era arriero. Juan le preguntó que si conocía el camino
para ir a Cómala, este le respondió que si. Después, Juan le preguntó que si
conocía a un hombre llamado Pedro Páramo. Rápidamente este le dijo que si, que
el era su papá. Así que Juan decidió preguntarle su nombre, este le respondió
que se llamaba Abundio. Al oír que su padre era Pedro, Juan se sorprendió
porque se percató de que su padre no solo el, Juan, era su hijo.
Caminaron por el camino de tierra hasta llegar a Cómala.
De inmediato Juan le dijo a Abundio que el pueblo parecía deshabitado. Que si
sabía donde vivía Pedro.
Abundio le respondió que ya estaba muerto. Juan no sabía
donde se iba a hospedar en Cómala, pero le pregunto a Abundio y este le dijo
que se quedaría en la casa de una señora llamada Doña Eduviges.
Abundio lo llevo hasta donde Eduviges habitaba. Al llegar
Juan tocó la puerta y rápidamente abrió la señora. Esta le dijo rápidamente que
si el era el hijo de Dolores Preciado. Este le contestó que si, pero no tenía
idea de cómo sabía. Así que le preguntó. Y la señora le contesto que su madre
le platicaba mucho de el. El se sorprendió ante la respuesta de la señora ya
que su madre ya estaba muerta. Y ella le dijo que le aviso que iba a ir.
Pero como iba a saber ella que el era Juan Preciado si su
madre había muerto, como le había podido avisar.
Eduviges le dio un paseo por la casa a Juan. Le mostró su
habitación.
Le comentó a Eduviges que de camino a Cómala se encontró
a un arriero llamado Abundio, que el lo había conducido hasta su casa. Ella le
respondió que Abundio ya estaba muerto.
Días después conoció a una tal Damiana. El creyó que era
Eduviges la que había entrado. Pero fue cuando Damiana le comentó que la Doña
ya estaba muerta.
Juan estaba muy sorprendido al saber que había estado
platicando con muertos.
Muy desesperado, Juan empezó a caminar hasta llegar a
casa de unas personas que estaban vivas. Creían que Juan era un ladrón, ya que
hacía mucho tiempo ya que nadie habitaba el pueblo.
Cierta noche, Juan tuvo problemas para respirar y murió.
Después de eso se enteró de cómo era su padre. Nadie lo quería. Era muy
egoísta. Además, se aprovechaba de cualquier mujer, y tenía muchos hijos.
Solamente Pedro Páramo amó a una mujer llamada: Susana
San Juan.
Pedro Páramo fue asesinado por Abundio, su propio hijo
quien estaba alcoholizado en ese momento. Le dio una puñalada, frente a
Damiana, así que ella se lo llevó caminando. Pedro empezó a alucinar con
Susana. Damiana lo empezó a sentir cada vez menos ligero, y se le cayó ya que
no podía más con el. Y murió.
Murió en los brazos de Damiana.
Personajes:
Juan Preciado: hijo de Pedro Páramo y de doña Dolores.
Fue a Comala en busca de su padre para que le diera lo que le pertenecía por
ser su hijo.
Pedro Páramo: personaje con distintos matices. Fue
pobre de niño, y con el pasar del tiempo se convirtió en el hombre más
importante y temido de Comala.
Doña Dolores: Madre de Juan Preciado. Una de las
tantas mujeres de Pedro Páramo. Al morir pidió a su hijo que buscara a su padre
para pedirle lo que le correspondía.
Abundio Martínez: uno de los hermanos de Juan
Preciado. Personaje que guía a Juan Preciado hasta Comala. Tiene una gran
importancia por su intervención al final de la novela.
Doña Eduviges Dyada: primera señora que acoge a Juan
Preciado en su hogar. De joven por poco tuvo relaciones sexuales con Pedro
Páramo por un favor que le hizo Dolores.
Inés Villalpando: Al parecer, dueña de una tienda. Le
fía un molino a la abuela de Pedro Páramo cuando estaba pequeño.
Micaela: Muchacha de servicio que ayudaba a la abuela
de Pedro Páramo en los quehaceres de la casa.
Susana: una de las mujeres de Pedro Páramo. A la que
más amó.
Inocencio Osorio: el provocador de sueños, que indujo
a Dolores a no acostarse con Pedro Páramo la noche de su boda, porque la luna
estaba brava.
Rogelio: Personaje que ponía a cuidar su niño a Pedro
Páramo, a la vez del telégrafo, mientras se emborrachaba.
Miguel Páramo: hijo predilecto y reconocido de Pedro
Páramo. Un mal hombre.
Colorado: caballo de Miguel Páramo.
Padre Rentería: Sacerdote del pueblo.
Anita: sobrina del padre Rentería, violada por Miguel Páramo.
Terencio Lubianes: uno de los que cargó a Miguel
Páramo cuando murió.
Ubillado: hermano de Terencio Lubianes, que también
ayudó a cargar al muerto.
Toribio: amigo de los dos anteriores.
Isaías: amigo de los tres anteriores.
Jesús: amigo de los anteriores.
María Dyada: Hermana de doña Eduviges Dyada. Contó que
su hermana era bondadosa, tanto, que le dio un hijo a todos.
Toribio Aldrete: quien hizo negocios de tierra con
pedro Páramo. Se ahorcó.
Damiana Cisneros: Cuidó a Juan Preciado cuando era
niño. Siempre estuvo al servicio de Pedro Páramo, a quien también cuidó en su
niñez.
Lucas Páramo: padre de Pedro Páramo.
Matilde Preciado: hermana de Dolores Preciado.
Fulgor Sedano: administrador de Pedro Páramo.
La lola: la misma Dolores.
Los Preciados, Los Fregosos y Los Guzmanes: familias a
las que Pedro Páramo les debía dinero.
Sixtina: hermana de Damiana Cisneros.
Filoteo Aréchiga: quien llevaba mujeres a Pedro
Páramo. Juan Preciado oía las voces de las muertas que huían de Filoteo porque
se las iba a llevar pedro Páramo.
Galileo: Hombre que dice que nunca le vendió tierras a
Pedro páramo, aunque este asegure que sí.
Chona: señorita que tiene a su cargo a su padre
moribundo. No acepta huir con el hombre que ama por no dejar a su padre en
cama. Pide el favor a Juliana de que se case con su novio.
Juliana: Leer el anterior personaje. Esto se sabe
gracias a las conversaciones de los muertos que oye Juan Preciado.
Donis: hombre que se acuesta con su hermana, y que
alojan en su casa a Juan Preciado.
Filomeno, Dorotea, Melquíades, Sóstenes y Prudencio,
el viejo: personajes que, según la hermana de Donis, viven aún en Comala.
Dorotea: A quien se encontró Juan Preciado después de
muerto. Estaba en su misma tumba. Era apodada la Curraca. En vida le buscaba
mujeres a Miguel Páramo.
Justina Díaz: Cuidó a Susana de niña. Entre las dos
vieron morir y enterrar a su madre. No pagó las misas gregorianas para que su
madre saliera del purgatorio. Nadie fue ni al velorio ni al entierro. Parece
ser que la madre de Susana murió de tisis, y todos temían el contagio.
Bartolomé San Juan: Padre de Susana.
El tartamudo: quien avisó a Pedro páramo que a Fulgor
lo habían matado y que vendrían matarlo también a él, a Pedro Páramo.
El Tilcuate: Guardaespaldas de pedro Páramo, después
del aviso de El Tartamudo.
Florencio: amor eterno y verdadero de Susana.
Perseverancio y Casildo: de los revolucionarios: de
los Cristeros.
Damasio: quien pedro páramo puso como jefe de los
revolucionarios. Pedro páramo le regaló una casa.
Gerardo Trujillo: Abogado de la familia de Pedro
Páramo.
Margarita: mujer con la que se acostó Pedro Páramo.
Doña Fausta y doña Ángeles: dos señoras de edad
preocupadas porque la ventana que siempre había estado con la luz prendida
ahora estaba a oscuras. En esa ventana dormía Susana. Se preocupaba porque se
acercaba la natividad, y que su muerte podría dañarlo todo.
Doctor Valencia: Doctor que iba a prisa a casa de
Pedro Páramo cuando la luz de la ventana se apagó.
Refugio: mujer de Abundio Martínez. También conocida
como al Cuca.
Gamaliel Villalpando: hijo de Inés Villalpando. Era un
borracho que maldecía a su madre y a su propia vida.
Tema principal:
Las ilusiones frustradas. El tema principal podría ser
una historia de esperanzas muertas, las ilusiones frustradas porque todos los
personajes tienen una ilusión un anhelo que en ninguno de los casos se llega a
alcanzar. Por ejemplo en el caso de Pedro Páramo él quiere a Susana pero cuando
la consigue está perturbada, no es como él la había conocido. Este personaje es
vapuleado constantemente por la vida, lo cual le hace ser duro con los demás e
ignorar sus sentimientos. En el caso de Dolores Preciado ocurre algo parecido,
ella se ilusiona con la idea de su boda con Pedro Páramo pero este no la quiere
en realidad pretende no saldar su deuda con ella y su hermana beneficiándose de
la unión matrimonial. Ella se va con su hermana con la esperanza de que Pedro
la eche en falta, a ella y a su hijo (quien narra la historia, Juan Preciado).
Pero esto no ocurre porque Pedro no le importan demasiado ni ella ni el hijo de
ambos. Todos los personajes se sienten defraudados con la vida algunos incluso
perdieron la esperanza de vivir y se “sentaron a esperar la muerte”. Además
todos ellos están muertos, Comala es, en más amplio y literal sentido de la
expresión, un pueblo fantasma. Los únicos habitantes de este pueblo son
espectros ánimas en pena que vagan por un pueblo en el que no hay ningún ápice
de vida
Temas secundarios:
Las relaciones vida- muerte. En la obra las diferencias
entre la vida y la muerte no son muy claras en un principio se puede pensar que
están vivos y que los sucesos extraños son producidos por alucinaciones o
similar. Pero a medida que se avanza te vas dando cuenta que los personajes son
almas en pena, muertos que no han podido alcanzar el estado de gracia, que no
han podido ir al “Cielo”. La muerte de Juan Preciado, que no queda muy claro si
es anterior o posterior a su llegada a Comala (a mi parecer es posterior) más
bien, la comunicación de la muerte al lector aclara muchas de los aspectos que
hubiesen podido quedar poco claros. Uno de estos aspectos puede ser los
fragmentos salteados de conversaciones y hechos que conciernen a la vida de los
personajes y que explican posteriores comportamientos de dichos personajes.
El reflejo del alma mexicana. En México existe una
marcada tradición por la muerte y las creencias populares en torno a misma son
numerosas. En la obra se puede apreciar muy marcadamente una de ellas como es
la de las ánimas en pena. Según esta creencia a la tierra regresan las animas
que son las almas de los que murieron en pecado. En la obra se puede apreciar
la gran importancia que todos los personajes le dan al pecado, el sentimiento
de pecado es intensísimo en toda la obra todos los personajes están resignados
a no obtener el perdón y a que cuando mueran vagarán como ánimas hasta purgar
su pecado cuando algún vivo rece por ellas.
La búsqueda del padre. Juan Preciado llega a Comala con
la intención de buscar a su padre Pedro Páramo. Este individuo es padre también
de otros hijos en su pueblo, por ejemplo el hombre con el que se encuentra
Juan, Abundio, dice ser hijo de Pedro como él. Juan sin embargo y pese a que le
han dicho que no encontrará a su padre, puesto que éste está muerto, permanece
en Comala hasta que ya no se puede marchar (ya que está muerto).
Figuras literarias.
Metáfora:
“La llanura parecía una laguna transparente”.
“El sueño es un buen colchón para el cansancio”.
Símil. Se diferencia de la metáfora en que se hace notar
expresamente el parecido de dos cosas comparándolas, diciendo esto es
comoaquello.
“Tus labios estaban mojados como si los hubiera besado el
rocío”.
“Se desbarataba como si estuviera derritiéndose en charco
de lodo”.
Polisíndeton.
“Y más allá, una línea de montañas. Y todavía más allá,
la más remota lejanía”
Hipérbole.
“Pero el calor que me perseguía no se despegaba de mi”
Topografía.
“Llanuras verdes. Ver subir y bajar el horizonte con el
viento que mueve las espigas, el rizar de la tarde con una lluvia de triples
rizos. El color de la tierra, el olor de la alfalfa y del pan. Un pueblo que
huele a miel derramada”
Cronografía.
“Cuando el aire de Agosto sopla caliente, envenenado por
el olor podrido de las saponarias”
Dubitación.
“¿Qué haré con sin labios sin su boca para llenarlos?¿Que
hare con mis adoloridos labios?...”
Monólogo
“Volví a darme las buenas noches. Y aunque no había niños
jugando, ni palomas, ni tejados azules, sentí que el pueblo vivía”.
“Pensaba en ti Susana. En las lomas verdes. Cuando
volábamos papalotes en la época del aire……”
Obra: Los de Abajo
Autor. Mariano Azuela
“Los reparos de una lucha”
Ensayo
“- Los
serranos- le dijo con énfasis y solemnidad- son carne de nuestra carne y
huesos de
nuestros huesos…” Os ex osibus meis et caro de carne mea”…
Los serranos
están hechos de nuestra madera…
De esta madera
firme con que se fabrican los héroes…”1
La Revolución Mexicana fue un conflicto armado, que se
inicia en noviembre de 1910 con un levantamiento encabezado por Francisco I.
Madero contra el presidente autócrata Porfirio Díaz. Al principio era una lucha
contra el orden establecido pero con el tiempo se transformó en una guerra
civil amplia, de varias complicaciones e interpretaciones sobre pugnas
interclasistas. Los de Abajo, es una obra escrita en un cuadro realista
impresionante, ya que su autor, Mariano
Azuela, escritor mexicano, la vivió en
carne propia y narra lo esencial de la cara del reprimido, del combate contra la
injusticia. Demetrio Macías es el protagonista quien como muchos campesinos
más, pelearon y murieron por la tierra.
La revolución mexicana tuvo grandes personajes desde
el sur del país con Emiliano Zapata hasta el norte con Pancho Villa. Con ellos,
forman parte de la historia Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Francisco I.
Madero y muchos más que pelearon principios revolucionarios como la reforma
agraria, con el derecho al campesinado de ser propietario de sus tierras; la
soberanía permanente de recursos y la protección a grupos indígenas y de la
propiedad colectiva. El resultado: La constitución de 1917.
1 LOS DE ABAJO. Mariano Azuela.
MOMO Ediciones. Pág.153
En una de las escenas de la tercera parte de la
novela, después de dos años de no ver a su esposa y a su hijo, le pregunta a
Demetrio: “¿Por qué pelean ya Demetrio?
Demetrio, las cejas mguy juntas, toma distraído una piedrecita y la arroja al
fondo del cañón, se mantiene pensativo viendo el desfiladero y dice: "Mira
esa piedra cómo ya no se pára"1; gran testimonio histórico sobre uno de los acontecimientos
políticos fundamentales del siglo XX, y un reflejo crudo, pero eficaz, del
proceso que lleva del idealismo abstracto con que se inician muchas, si no
todas, las revoluciones, hasta la perpetuación o corrupción de esos ideales. Lo
más meritorio de esta obra es el modo en que retrata la propia Revolución, como
un movimiento que quizás en sus inicios tuvo unos ideales de justicia social o
de democracia, pero que con el paso del tiempo se convirtió en una vorágine
imparable, comparable con un huracán que arrastra cuanto encuentra a su paso.
Los aspectos más
llamativos de esta novela son la transfiguración de la imagen del héroe, el
realismo y la objetividad presentes en la narración debido a que el autor
participó como ya mencioné en la Revolución Mexicana y gracias a esto nos da
una imagen verídica, de primera fuente y crítica acerca de los revolucionarios,
y acerca de las características que adquirió el proceso, donde nos presenta la
contraposición entre dos mundos: por una parte el guerrillero y por otra el
intelectual. “¡Amo la Revolución como amo
al volcán que irrumpe! Al volcán porque es volcán; a la Revolución porque es
Revolución!... Pero las piedras que quedan arriba o debajo del cataclismo, ¿qué
me importan a mi?”.2
1 LOS DE ABAJO. Mariano Azuela.
MOMO Ediciones. Pág.168
2 Ibíd. Pág. 156
”Somos elementos
de gran movimiento social que tiene que concluir por el engrandecimiento de
nuestra patria. Somos instrumentos del destino para le reivindicación de los
sagrados derechos del pueblo. No peleamos por derrocar a un asesino miserable,
sino contra la tiranía misma. Eso es lo que se llama luchar por principios,
tener ideales”1. Es
necesario e importante recordar las hazañas de aquellos valientes reconocidos y
de los anónimos, que sin esperar un monumento o una placa en plazas públicas,
combatieron tenazmente, arriesgando su vida y las de sus familias, solamente
persiguiendo un sueño, tal vez inalcanzable y estratosférico que se llegó a consumar,
ya que, sin imaginárnoslo puede ser que algún momento, no deseado, tengamos la
obligación o el deber de ponernos en el lugar, que un día fue ocupado por un
hombre o una mujer como nosotros, con un sentimiento de amor y compromiso por
su patria, dejando atrás prejuicios para unirse en un solo sentir, el sentir de
una nación que los clamaba.
Demetrio, quien como arquetipo del pueblo llano, se ve
guiado a revelarse contra los atropellos a que lo predispone su subalternidad
de indio en un mundo dominado por una oligarquía extremadamente racista y
clasista y dominada por la retórica y la demagogia del Poder. Pero la
revolución y su héroe no alcanzan en esta novela un acto épico de triunfo, sino
trágico, de luto por una utopía imposible comprometida con lápidas (lastres)
anteriores; “Me preguntaré que por qué
sigo entonces en la revolución, La
revolución es el huracán, y el hombre que se entrega a ella ya no es el hombre,
es la miserable hoja seca arrebatada por el vendaval"2. No es el Odiseo que regresa al hogar al encuentro de
su abnegada y fiel Penélope, sino la alteridad inversa de ese mito en un mundo
de subalternidad. Demetrio nunca regresa al hogar y siempre verá a su esposa
alejarse como un fantasma con el niño en los brazos.
1 Ibíd. Pág. 56
2 Ibíd. Pág. 78
En un conmovedor desenlace, termina apuntando el rifle
desde unas piedras que semejan una vieja
catedral “Demetrio Macías, con los ojos fijos para siempre, sigue apuntando con
el cañón de su fusil...”1 El héroe está muy lejos de ser
presentado negativamente en la representación narrativa debido al distanciamiento
irónico del autor ante un personaje que
carece de los criterios ideológicos necesarios para ejercer la labor
revolucionaria que quisiera justamente desempeñar. El autor es extremadamente
cuidadoso al no someter el personaje a una
burla o crítica; la falla resulta más bien en lo situacional y
circunstancial antes que en una falta ética.
Si bien Demetrio culmina como un anti-héroe o un héroe derrotado, en lo
bajo se debe a ignorancia y acción
errática no premeditadas, se trata más
bien de una víctima de circunstancias que trascienden las explicaciones
sociológicas y de clase de la época y remiten a una simbología profunda que dan
cuenta de la gran capacidad creativa de
Azuela, quien reconoce cómo la novela debe responder a un cierto nivel
enmarcando aspectos culturales, sociales y políticos.
En la obra, se puede
ver como dentro del contexto revolucionario, se plantean circunstancias que hacen pensar que el género
masculino utiliza estrategias manipuladoras para conseguir su objetivo, el cual
consiste en obtener, de la mujer en especifico, momentos placenteros. El hombre
utilizaba argumentos falsos para lograr su propósito. Además, ella acostumbrada
a obedecer, ya sea a los hombres o a sus padres y sin tener ninguna malicia,
acataba sin problema las instrucciones que se le establecían, “¿Tan mal te serví que hasta el habla me
niegas?”2. El contexto cultural, es decir, en este caso los
valores que imperaban, eran que una mujer dócil, sumisa, obediente, que no
cuestionara ni reclamara cualquier instrucción, era una mujer valiosa.
1 Ibíd. Pág. 171
2 Ibíd. Pág. 59
Si bien, el machismo aparece en la forma en que los revolucionarios
se jactan de las personas que han matado y de lo que han robado, pues la lucha
armada está estrechamente vinculada a la idea machista de lo que es ser hombre.
Sumado a un contexto histórico de
la obra que sustenta una percepción menospreciada del género femenino, es
decir, en aquella época la mujer era tomada en cuenta como una cosa donde ella
estaba exenta de tomar o participar en sus propias decisiones o en las
decisiones de un grupo. Además, era considerada como objeto de placer y por añadidura,
manejada y manipulada según las necesidades del género masculino, “… ¿Quiere que le diga la verdad? Pues yo
con que no me falte el trago y con traer una chamaquita que me cuadre, soy el
hombre más feliz del mundo.-¡Ja, ja, ja!…”1. Esta obra se apega en
algunos aspectos de la realidad actual que se reflejan tanto en la zona rural
como en la urbana tales como la violencia, la prostitución, abuso de autoridad
hacia los civiles, la pobreza entre
otros.
A pesar de esa
vida de carencias, incertidumbre e inconformidades que se relatan en la obra y
que orillan al campesino a luchar por sus ideales asociándose al proceso revolucionario, en la obra se nos muestra que no todos
compartían la misma ideología, que mucho entraron al movimiento por el simple
hecho de sentirse protegidos al ser perseguidos por algún asesinato o robo o
simplemente por seguir a la masa, lo cual empezó a desviar los objetivos y
principios de dicho grupo ocasionando una serie de sucesos trágicos como la
traición, desamor, el robo, las muertes y demás que hicieron de un movimiento
revolucionario a un grupo de bandidos que no sabían la razón de su lucha. La ignorancia
y el caos, combinación peligrosa. Muchos de los soldados de la Revolución no
tienen muy clara la ideología tras ella;”
-Correligionario, mi jefe… es decir, que persigo los mismos ideales y defiendo
la misma causa que ustedes defienden. Demetrio sonrió: - ¿Pos cuál causa
defendemos nosotros?...Luis Cervantes desconcertado no encontró que contestar”.2
1 Ibíd. Pág. 117
2 Ibíd. Pág. 26
La inocencia e ignorancia de Demetrio contrasta en ese
sentido con la malicia y la degradación astutamente calculada y los
conocimientos manejados hábilmente por Cervantes y como luego veremos, también
Solís, quien sin embargo no cabe dentro del
cuadro de degradación que representa Cervantes. Solís
lucha pero sin convicción y porque es señal de que somos sorprendidos como
observadores en cualquier momento por la contingencia de la vida y el tiempo.
Cervantes es, sin embargo, un lúdico y
agitado alter-ego del autor real; termina enriqueciéndose como señal de una
burguesía citadina y profesional que se nutre del proceso revolucionario de
manera disimulada pero descarada algo que se infiere y está implícito en la novela, de donde se
obtiene que las cosas degradadas se manejan
desde la moderna y ausente ciudad. La carta final de Cervantes es señal
de que vencen aquellos contra quienes
inicialmente se lucha y que son muchas las fuerzas imprevistas que mueven la lucha “Ahora bien, me ocurre una idea que podría favorecer nuestros mutuos
intereses y las ambiciones justas que usted tiene por cambiar su posición
social si usted y yo nos asociáramos podríamos hacer un negocio muy bonito…No vacile, querido Venancio vengase
con los fondos y podemos hacernos ricos en muy poco tiempo”1.
Sin lugar a dudas, la fragmentación de la lucha y la
desilusión con los abusos cometidos entre los revolucionarios, contribuyeron a
perder de vista las ideas de la
Revolución, si es que las tenían. Por ejemplo, cuando entran a robar en una
casa, Cervantes dice que ese acto “-Si mi
general pero siquiera que no lo hagan aquí…Mire usted, eso nos desprestigia y
lo que es peor, desprestigia nuestra causa”2. Salvo Luis y
algunos otros personajes con educación, la mayoría de "los de abajo",
es decir la gente del pueblo, son los que hacen la Revolución pero no siempre
entienden sus ideales ni los encarnan. Es decir que el fracaso está en el
hombre, no en el proyecto.
1 Ibíd. Pág. 151
2 Ibíd. Pág.97
El autor justifica por una parte la revolución, ética
y necesaria en medio de la barbarie y por
la otra, la condena dejando ver con delicadeza e ironía la maldad a que
están (pre)dispuestos en su
posicionamiento subalterno los guerrilleros y “los de abajo”.
La revolución
mexicana, fue un proceso, en el que se peleó por la causa sublime de un pueblo
subyugado que clamaba justicia, sólo justicia, y que por el contrario de
recibir una respuesta favorable a su demanda, sólo fue reprimido, pues se
proclamaba en contra de un gobierno que a sus consideraciones –de las
autoridades-, laboraba correctamente, a favor de la comunidad. Esto se
convertía en un elemento a contraviento para los perseguidores de la causa. El
autor de esta obra , de forma hábil,
buscó una parte de esta Revolución en donde podría colocar a un grupo de
luchadores ficticios que se integraran completamente con los hechos reales, pareciendo
en sí ser unos verdaderos revolucionarios, a pesar del hecho que todo el
movimiento de Demetrio es una creación ficticia que en sí representa la visión
de una lucha revolucionaria desorganizada en donde todas las fuerzas en
conflicto chocaban sin un plan doctrinal preciso, una situación donde un mayor
esfuerzo para la conciliación de intereses pudiera haber evitado consecuencias
terribles en lugar de dejar al pueblo mexicano peor que estaba antes ; como
sucedió con Demetrio porque al principio tan siquiera tenía su propia vida como
campesino, lo cual fue totalmente eliminado en la situación final y hace ver
que el progreso no fue lo que Azuela vio al momento de escribirlo, pero que a
pesar de ello si se ha visto con el paso del tiempo. Parece haber encontrado particularmente
interesante la forma en que cada tipo de individuo de la sociedad mexicana
entró a formar parte en la revolución, desde el hombre más humilde y decente
hasta el hombre más brutal nunca visto. En sí la novela es una obra que invita a reflexionar, sobre el sufrimiento de
esta lucha y a buscar dentro de la misma ese argumento sólido que lo haya
justificado